Cómo es ser Au Pair en Francia, la experiencia de Manuela

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Para comenzar el 2021 de una forma distinta, Manuela decidió ser Au Pair en Francia.

El viaje de esta joven argentina duró un poco más de seis meses y fue tiempo suficiente como para vivir en dos ciudades francesas, recorrer el país e incluso conocer Italia.

En esta entrevista para Vivir Afuera, Manuela cuenta cómo fue recorrer un nuevo camino y pasar de ser estudiante en Argentina a ser Au Pair en Francia.

¡Seguí leyendo para conocer la experiencia de Manuela!

¿Cómo surgió la idea de ser Au Pair en Francia?

Soy estudiante de Psicología en la UBA. El año pasado hice toda la cursada virtual, y cuando se empezó a hablar de que este año el primer cuatrimestre también iba a ser virtual comencé a ver qué podía hacer distinto para no sentir que estaba perdiendo clases. 

Justo hablé con otra chica que se había ido un año de Au Pair. Yo conocía el programa, era algo que ya había escuchado así que comencé a buscar empresas. Investigando, vi que las empresas ponen el foco en las familias, que en grandes ciudades como París buscan Au Pairs de habla inglesa. 

Decidí intentar ser Au Pair en Francia por mi cuenta, a través de una página web que conecta familias con Au Pairs. Es como un Tinder, pero para Au Pairs. Me pareció más práctico hacerlo por esta vía que por empresas.

Cómo es ser Au Pair en Francia, la experiencia de Manuela

¿Cómo fue ese proceso?

Cargás tu perfil con tu foto, tu experiencia laboral y más información. Hay muchas preguntas sobre diferentes temas. Por ejemplo, te preguntan si fumas o no, si sabés trabajar con personas con discapacidad, dónde querés vivir y otras más.

Una vez que lo completaste, te empieza a mostrar familias con las que “matcheas”, es decir, con las que compartas requisitos o expectativas. Los sitios son gratuitos pero tienen una opción premium. En general, las familias pagan por estar en la página y acceder a escribirle a las Au Pair.

Le escribí a un montón de familias y recibí cinco respuestas. No estaba pensando solo en ser Au Pair en Francia, también hice “match” con familias en Suiza. Elegí la familia porque vivían en París, además de que la hija tenía 3 años y yo ya había cuidado nenas de esa edad.

Hice varias entrevistas con la familia, para conocerlos. Ellos querían que hiciera un curso de francés estando allá. En ese proceso vimos que los cursos eran muy caros, cerca de 400 euros por 3-2 meses de clases. La familia ofreció pagar el curso y al final de la charla ofrecieron pagar el pasaje, así que podríamos decir que me fui “gratis”.

Algo que me ayudó a conseguir familia fue tener el pasaporte francés. Para estar más de tres meses en Francia tenés que tener un pasaporte europeo o una visa. Para mi, el tema más grande antes de viajar para ser Au Pair en Francia fue el COVID. Llegué a Francia el 22 de enero y al mes siguiente cerraron la frontera un mes y medio. 

Emigré para ser Au Pair en Francia por seis meses. La mayoría lo hace por un año, pero yo quería volver a seguir cursando el cuatrimestre siguiente.

¿Cómo fue vivir la experiencia de ser Au Pair en Francia?

Pude ser Au Pair en Francia de dos familias diferentes. La primera, en París, y la segunda, en el sur de Francia. Cuando llegué a Francia hacía mucho frío, incluso nevó, ¡nunca había visto la nieve!

Vivía a 40 minutos de París y tenía una tarjeta de transporte. Todos los días usaba el RER, unos trenes más grandes, en París funcionan como subte pero fuera de la ciudad son trenes. Pasaban súper seguido, como mucho 10 minutos de espera. 

Vivía en un barrio muy tranquilo y muy residencial. Eran todas casas, pero con el RER tenía buen acceso. Cometí algunos errores “tontos”, como subirme a un tren siguiendo lo que decía el cartel y después darme cuenta que era para el otro lado. Son cosas que a todo el mundo le pasan. 

A la mañana me iba a la ciudad y volvía a las tres, para poder buscar a la nena que salía de la escuela a las cuatro. Íbamos a la casa y le daba algo de merendar o íbamos a la plaza. La bañaba, le daba la comida y la acostaba cerca de las ocho. 

Me gustaba ir a buscar a la nena al colegio caminando. Era un recorrido largo, cerca de una hora, pero el camino tenía una subida en la que veías París en modo panorámico. Se veía todo a la distancia, la torre, las casas, los parques. 

Ser Au Pair en Francia: La experiencia de Manuela, una joven argentina en busca de nuevas aventuras a pesar de la pandemia.

A veces los papás llegaban antes o trabajaban desde casa. Esos días eran más complicados porque ella, por supuesto, quería estar con sus papás y a mi no me hacía tanto caso.

Las amigas que me hice también habían viajado para ser Au Pair en Francia. Hay muchos grupos de Facebook, de Au Pair en París o de Latinas en París. Así nos conocimos y nos encontramos desde la primera semana que estuve allá. Al día siguiente, una del grupo me presentó a una amiga de ella. Me agregaron a un grupo de Messenger que tenía como 10 Au Pairs. Con ellas viajé y paseé. 

Fui la primera Au Pair de esa familia. El problema fue que no les gustó la dinámica porque prácticamente no veían a su hija. La mamá decidió trabajar solo por la mañana para poder estar más tiempo con la nena. Aunque yo ya no cumplía ese rol de niñera, me dijeron que si quería podía quedarme, porque nuestro contrato ya estaba firmado. 

En mayo, tuve tres semanas de vacaciones. Al principio, el plan era ir a Holanda, Bélgica y Alemania. Con el COVID, las medidas indicaban que en cada país que entrara tenía que hacer 15 días de cuarentena, así que ese plan se canceló. En su lugar, recorrí el sur de Francia y me gustó mucho. También, aprendí que en Europa es preferible tomar trenes. Suelen ser mejor opción que los aviones porque si llega a pasar algo te reembolsan el dinero.

Me puse a buscar otras familias y encontré una en el sur de Francia. Esta segunda familia tenía otra dinámica. El papá era de Estados Unidos y entre ellos todos hablaban en inglés con un poco de mezcla con francés. Además, los nenes eran más grandes y estar con ellos era más fácil. Si necesitaba que se bañen, con decirles que se metan en la ducha alcanzaba, a la nena de 3 la tenía que bañar.

Lo que sí, en el lugar no había mucho para hacer. Los amigos que me hice eran los que laburaban con mi familia, pero juntarnos era salir a caminar y a pasear, no había mucho más. Me encantó el sur, pero no me hubiera bancado estar ahí seis meses completos porque era un lugar muy chiquito. Cuando volví a París para tomar el avión hacia Argentina, me sentí como en casa. 

¿Hubo alguna particularidad de la cultura francesa que te haya sorprendido?

Ya había estado en Francia, así que el prejuicio de que “los franceses son mala onda” sabía que eran solo eso, prejuicios.

Sí es cierto que son mucho más fríos que acá. Al final de mi viaje tenía tres semanas para viajar. Iba a ir a España, a visitar una amiga, pero la situación por COVID estaba bastante mal en España en ese momento así que fui a Italia. No conocí tantos países pero sí pude conocer lugares de forma más específica.

En ese viaje a Italia me di cuenta que me había acostumbrado a esa “frialdad” de los franceses. En Italia son más parecidos a nosotros. 

La familia era re buena gente, pero muy fríos. Por ejemplo, ellos no usan zapatos dentro de la casa. Cuando llegué me dieron unas pantuflas, pero a los tres meses que estaba ya se habían roto bastante. Un día me caí de la escalera. Se escuchó fuerte el golpe, pero nadie se inmutó, yo sola fui a agarrar un hielo. 

Otro día vino de visita la abuela y me sorprendió mucho que la trataban como una visita más. Yo a mi abuela cuando llega la abrazo, mucho. Ellos le servían té. 

¿Qué es lo que más extrañás de ser Au Pair en Francia?

Extraño no tener que preocuparme por la inseguridad. Poder caminar sola, con la mochila en la espalda y ni pensarlo. Al ser Au Pair en Francia tomaba trenes, entraba a hoteles y hospedajes, a casas de gente y no tenía miedo. Tenía amigas de allá que quieren venir a Argentina y yo les decía bueno vení a casa, pero viajar sola no.

También, creo que el hecho de que todo funciona les da una paz mental de la que no son conscientes.

Desde que volví a Argentina empecé italiano. Me gustó mucho cuando recorrí Italia y estoy pensando en volver a irme pero esta vez no a ser Au Pair en Francia, sino en Italia.

Autor

Barbie Castoldi

De Bahía Blanca, Argentina. Buscadora serial de similitudes y diferencias entre cultural. Interesada por descubrir destinos y degustar sus mejores postres veganos.

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