La experiencia de una argentina que realizó cursos de idiomas en el extranjero | ¿Cómo es aprender italiano en Italia?

cursos de idiomas en el extranjero
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Para mejorar el manejo de una determinada lengua no hay nada como adentrarse en el estudio de cursos de idiomas en el extranjero. Además, nuestra recomendación no es en vano: no hay nada como aprovechar una oportunidad de gran crecimiento personal y profesional mientras conocés mano a mano la cultura del lugar elegido.

Así fue en parte cómo muchas experiencias de desarrollo se han visto asociadas a viajes y residencias en diferentes países. En esta oportunidad, queremos contarte la historia de Soledad, una joven argentina que en dos oportunidades eligió mejorar su italiano en el lugar #1 para hacerlo: Italia. En diálogo con Vivir Afuera, nos relata su inquietud inicial en su país natal y cómo fue desenvolviéndose una vez en tierras iatalianas. ¡Sigue leyendo!

En primera persona: ¿Cómo es aprender italiano en Italia?

¿Cómo decidiste tomar cursos de idiomas en el extranjero?

Un día me acerqué a la Asociación Italiana de mi ciudad y me inscribí en el curso para principiantes. Rápidamente, me enamoré del idioma y de la cultura italiana. Gracias a esa decisión de empezar a estudiar la lengua, pude visitar Italia en dos oportunidades.

Además de las clases regulares, en la asociación se organizan viajes de estudio para tomar cursos de idiomas en el extranjero. La propuesta era muy interesante y a mi me encanta viajar, así que animarme a hacerlo fue muy sencillo. En el 2015, me anoté para ir por primera vez. El curso duraba un mes en total, pero elegí quedarme otro mes más para conocer el país. Dos años más tarde, en el 2017, quise repetir la experiencia.

Por suerte, al tener ascendencia italiana pude obtener la ciudadanía europea. Eso, sumado a que los cursos eran cortos, me permitió no tener que realizar trámites adicionales para ingresar a Italia. Solo compré mi pasaje, reservé el curso y me subí al avión.

¿Cómo fue la experiencia de tomar cursos de idiomas en el extranjero?

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El primer curso fue en un pueblo que se llama Camerino. Hice un nivel A2 y fue muy divertido. La experiencia de tomar cursos de idiomas en el extranjero la recomiendo muchísimo. Si vas a una buena escuela, las experiencias son buenísimas. No importa el nivel ni el idioma.

En 2017, me gané una beca para mi segundo curso. Ya tenía un nivel C1. El colegio era el mismo, pero los viajes de estudio habían cambiado de destino porque, en el 2016, Camerino sufrió un terremoto. Esta vez conocí la ciudad de Recanati, volví a tomar un curso de un mes de duración pero solo me quedé 15 días de paseo.

Al anotarme en el curso, podía elegir varias opciones en cuanto al alojamiento: se podía reservar un lugar en un departamento compartido, un departamento para uno solo o quedarse en una habitación de hotel. Yo siempre viajé en la primera opción, compartir la experiencia con otras personas me parecía mucho más divertido

En mi primer viaje éramos cinco en el departamento, en el segundo fuimos cuatro. Las dos veces compartí habitación con otra chica. El alojamiento era súper grande y, a pesar de ser varias, estábamos muy cómodas. Estábamos apenas a dos cuadras del colegio. Para ir a otros lugares más alejados, si no podíamos caminar, nos tomábamos un bus o un taxi.

Las clases empezaban a las nueve de la mañana y terminaban pasado el mediodía, a veces más cerca de las 12 y a veces más cerca de las 13. 

Cuando la cursada del día finalizaba, almozábamos en un bar, comiendo pizza la paso o volvíamos al departamento a cocinar. La cultura italiana es de mucho comer. Nos la pasábamos comiendo, mucho café y también mucha comida al paso. 

Por la tarde, la escuela nos organizaba salidas o actividades que eran opcionales. Había clases de cultura y de música. También teníamos momentos libres en los que no había actividades de la escuela. Esos días nos íbamos al parque o a caminar y conocer lugares cercanos. Teníamos muchos museos e iglesias para recorrer.

Tanto Camerino como Recanati son pueblitos de montaña. Son muy chicos y son 100% preciosos. Lo que no tienen es buena accesibilidad, por estar ubicados en terreno montañoso. Para ir a las grandes ciudades hay que subirse a los trenes.

El sistema de transporte de trenes funciona perfecto. Te conecta a toda Italia de forma rápida. De Nápoles a Regio de Calabria son casi 500 kilómetros y con el tren llegué en apenas cuatro horas. Es un transporte fabuloso, que funciona bien y, además, tiene un costo accesible. 

¿Qué expectativas tenías de Italia?

Estaba muy entusiasmada por conocer Italia y cuando finalmente sucedió, todo superó las expectativas que tenía. La comida, los lugares, todo en el país es y está en un lugar hermoso. 

La materia prima de la comida es increíble. Al salir de las ciudades, se puede ver cómo todas las casas tienen su propia quinta o huertita. Hay mucho consumo de alimentos de estación, lo que hace que sea comida fresca y de calidad.

Si tengo que elegir los lugares que menos me gustaron diría Pompeya y Nápoles. Los visité y la verdad que para mí no hubieran sido necesarios en el recorrido. Visité unas ruinas en las cercanías de Roma, de la parte antigua de la ciudad, pero no tenían ni comparación con el Coliseo. Así que si piensan viajar a Italia por poco tiempo recomendaría que solo conozcan el Coliseo.

¿Qué lugares conociste y cuáles te quedaron pendientes?

Todavía me falta conocer el “taquito” del sur italiano. Conocí bastante, pero quiero conocer mucho más de Italia. 

Si me preguntan si prefiero el sur o el norte, creo que prefiero el sur. La zona norte de Italia es mucho más metropolitana y hoy en día prefiero los espacios llenos de naturaleza.

Por ejemplo, Lemarque es una zona preciosa donde está la ciudad de Ancona. Regio de Calabria está en “la puntita delantera” de la bota que es Italia geográficamente, y allí hay lugares hermosos. Cuando miro películas siempre presto atención, me anoto los lugares que veo y los sumo a una lista de destinos que quiero conocer.

El castillo de Caserta está en la lista. También incluyo a Torino, que es una ciudad pegada con Francia. Torino tiene una hermosa mezcla propia de estar en la frontera entre dos países. Del lado italiano que mira a Grecia hay playas preciosas que me falta visitar más. 

¿Qué extrañas de tu vida en Italia?

De Italia extraño el olor a café y a los tanos hablando por la mañana. Siento que cantan cuando hablan, es una lengua que me enamora. Me gusta escucharlos, conocer los modismos que tienen para expresarse. Creo que son mucho más dulces, que con su forma de hablar endulzan cada frase que dicen. 

¿Volverías a emigrar o a tomar más cursos de idiomas en el extranjero?

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Aunque no tengo previsto emigrar definitivamente a ningún destino, si lo hiciera elegiría Italia. Me gustaría repetir la experiencia de tomar cursos de idiomas en el extranjero. Hoy en día me obligo a estudiar inglés porque creo que es muy necesario y quiero poder hablar fluido, aunque no me guste tanto como el italiano. Para mejorar mi manejo del idioma, estoy pensando en realizar alguna experiencia similar a las que viví en Italia pero para estudiar inglés en Malta.

Autor

Barbie Castoldi

De Bahía Blanca, Argentina. Buscadora serial de similitudes y diferencias entre cultural. Interesada por descubrir destinos y degustar sus mejores postres veganos.

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