Emigrar a Tulum: ¿Cómo es la vida de una argentina en el caribe mexicano?

¿Soñaste alguna vez con vivir en México? Hoy hablamos con Mika, una joven argentina que tomó la decisión de mudarse desde la provincia de Formosa hasta la península de Yucatán. 

Seguí leyendo para conocer cómo fue su camino para emigrar a México y cómo es el día a día viviendo en Tulum.

Viajo hace mucho tiempo. Salí de mi casa de pequeña y en mi adolescencia y juventud me empecé a dedicar al modelaje. Es algo que me abrió muchas puertas y me permitió hacer amigos en todos los rincones del mundo, lo que a su vez me permitió conocer el mundo. Emigré a México hace un poco más de dos años, este es el tercer año que estoy acá pero antes ya lo había visitado como turista. Siempre me gustó viajar pero normalmente no me quedo en una ciudad o país por más de unos cuatro o cinco meses. Cuando visité México como turista no sentí por completo que era mi lugar en el mundo. 

¿Cómo fue tu camino de Formosa a Quintana Roo?

Llegar a vivir en México fue casi por accidente. En un viaje de vacaciones a Punta del Este conocí a una persona que me ofreció un trabajo temporal en la zona. Nunca me había mudado a otro país, así que también estaba un poco esa aventura de conocer cómo sería vivir en otro lugar. Decidí ir primero a ver cómo sería la cosa, saber cómo sería el trabajo, el lugar. Viajé y me quedé en México por uno o dos meses, luego regresé a Argentina, luego volví a viajar a México y así. En ese proceso fui y volví varias veces hasta instalarme definitivamente.

Una vez que me quedé, el proceso en sí de instalarme fue bastante sencillo porque ya tenía mi oferta laboral y el trabajo incluía alojamiento así que mi salario podía destinarse en su totalidad a mis gastos personales. 

El proceso de la visa, aunque no fue complicado, fue muy largo. La burocracia en México es muy lenta y además, en medio de los trámites, surgió la pandemia. Si bien yo tenía mi permiso de trabajo, la credencial física no la tenía. Recién al año y medio de vivir en el país me llegó.

Contraté un abogado para que me ayude con los papeles del visado. Tuve que ir en repetidas ocasiones a la oficina de migraciones y siempre faltaba un papel. Pedir los turnos era complejo en sí mismo. Ibas y pedías un turno y recién te lo daban para dentro de un mes y luego para el otro mes y así sucesivamente. Es un trámite muy tedioso y largo. 

Para emigrar con visa de trabajo es recomendable conseguir una oferta laboral de alguna empresa que esté inscrita en el registro nacional. De esta forma, la empresa puede ser sponsor de tu visado. Con la oferta, ya puedes solicitar un permiso de trabajo y acercarte para tener una entrevista en cualquier embajada o consulado. Aunque no te den tu tarjeta física de ID, tenés un número que te habilita a trabajar dentro del país.

Vivir en México: ¿Cómo es tu vida en el día a día?

Yo vivo en Tulum, Quintana Roo, pleno caribe mexicano. El día a día es lindo porque estás en la playa, aunque no trabaje directamente allí. Para mi trabajo me tengo que mover por todo el estado de Quintana Roo, porque la empresa tiene sedes en Cancún y en Playa del Carmen. 

Lo más complejo es luchar y hacer el esfuerzo de recordar que estás trabajando y no de vacaciones. Al ser una zona tan turística, muchas personas están de viaje y quieren divertirse, salir a tomar tequila y pasarla bien… pero uno está trabajando. Por supuesto que también tengo tiempo para salir a recorrer y conocer los alrededores, pero sigue siendo una vida normal en la que tengo que tener horarios laborales. 

Uno de los grandes beneficios de vivir en esta zona es que siempre estoy conociendo gente nueva y de todas partes del mundo. Pero el costo de vida en Tulum es alto. En los últimos años ganó popularidad y todo el mundo quiere conocer el área, lo que hizo que subieran los precios de todo en la zona. Salir, ir a la playa y pedir unos cócteles es costoso. Igualmente, si estás trabajando se puede lograr. 

En Quintana Roo, es verano durante casi todo el año. El invierno es más que nada en diciembre y enero pero es muy cortito. A mí me gusta pero tampoco me encanta porque hay mucha humedad y siempre estás sudado.

Con la pandemia, el turismo bajó muchísimo en Tulum, sobre todo entre abril y agosto del 2020. En esos meses decidí renunciar a mi trabajo. Mi pareja es canadiense y juntos tomamos el desafío de emprender un proyecto propio. Esperamos poder lanzarlo pronto, pero ya podemos anticipar que será un emprendimiento vegano y vinculado a los alimentos para animales.

¿Qué cosas te sorprendieron al emigrar a Tulum, México?

Sobre México hay muchos mitos. El primero es que es el país más inseguro, y creo que tiene una parte de mito y otra de real. Llevo dos años viviendo acá y nunca tuve una situación súper fea o que me haya pasado nada, pero sí es cierto que pasan cosas.

Lo que creo es que pasan cosas como pasan en todos lados. En México, lamentablemente, tiene mucho que ver con el tema del narcotráfico. Es un país súper extenso y tampoco es como que en todo México hay altas tasas de inseguridad. Hay regiones a las que les dicen “zonas calientes” en las que hay más de estos episodios. En los lugares turísticos hay mucho cuidado, se quiere hacer sentir seguridad al turista y cuidar el trabajo que los viajes representan.

Otro mito es que todos creen que llegás y todo es puro mariachi y tequila a toda hora. Pero eso no es así siempre ni en todos lados. Quizás, pasa un poco más de Jalisco, que es la zona en la que surgieron los mariachis, pero para nada es una cuestión de todo el país ni de todas las ciudades.

La gente es muy amable. Es una de las cosas que más me gustó de México y desde que llegué al país siempre me sentí muy acogida. 

Además, hace un año que me convertí en vegana y confirmé que en México hay una gastronomía increíble para todos los gustos.

¿Qué cosas extrañás de tu país al vivir en México?

Lo que más extraño es mi familia, y eso no lo puedo conseguir en México. Saber que mientras yo sigo en México mi familia sigue su vida y mi hermanita crece y saber los cumpleaños que me pierdo… eso es lo más difícil. También extraño a mis amigos, por supuesto. Pero creo que no se puede tener todo y que es un poco la parte más complicada de vivir afuera.

Como viajo mucho, aprendí a no aferrarme mucho a las cosas materiales y a estar abierta a probar lo local de cada lugar. Por ejemplo, no soy de tomar mucho mate sola entonces solo tomo cuando me visitan, pero acá no busco yerba para comprar. 

¿Volverías a emigrar?

Seguro que sí. Soy una viajera empedernida y siempre voy a estar buscando conocer nuevos lugares. Por ahora, me siento muy parte de México. Cuando viajaba y decía que era de Argentina muchas veces me decían que no parecía o que no tenía el acento. Ahora en México a veces digo que soy mexicana y la gente me cree y eso está súper bueno. 

Espero que este sea mi hogar por mucho tiempo, por muchos más años, pero siempre quiero conocer nuevos lugares y seguir viajando. Siempre voy a tener esa cosita dentro de mí que me dice “muévete, muévete” y que me empuje a probar nuevas cosas.

¿Qué consejo te darías si tuvieras que empezar desde cero la aventura de vivir en México?

Me diría: “Mika, olvídate de los prejuicios”. Si bien tuve una buena experiencia, en principio casi dejé pasar la oportunidad por mis prejuicios. Por pensar que es un lugar súper inseguro, por decir y pensar cosas como “¿qué voy a hacer allá?”, “no me gustan los tacos”, “no me gusta el picante” y un montón de frases por el estilo. Esos prejuicios que no están bien. Una vez que los pude soltar, me pasaron cosas maravillosas. Todo es mejor sin prejuicios.